Un blog de Malena Millares

martes, 12 de abril de 2016

EL EQUIPO DE QUIQUE SETIÉN

Los seguidores de la UD hemos vivido lo nuestro durante los últimos años, y no ha sido poco. No les recordaré lo que juntos hemos pasado porque continúa fresco en la memoria, como si los sinsabores los hubiésemos sufrido en el día de ayer. Pero, por trabajo y con algo de fortuna, la misma que antes se hacía la sorda, ya hemos conseguido los treinta y nueve puntos que marcan la frontera virtual estimada en esta temporada para la continuidad en Primera División. Así que disfrutaremos de lo que queda de liga de forma bien distinta a la de etapas anteriores. Y es que todo se allana cuando desparece la incertidumbre.

Quique Setién, quien no ha sido elegido por casualidad como el mejor entrenador del pasado mes de marzo, ha dado con la tecla para hacer funcionar a la UD de manera sorprendente, incluso cuando le faltaban sus hombres habituales debido a las numerosas lesiones. Es entrenador, pero hace las veces de padre, sicólogo, confesor y hasta de milagrero, y todo con gran habilidad, sin zafarse de algunos errores, ¡estaría bueno!

No debe ser fácil sacar el máximo rendimiento a un numeroso grupo y con talantes dispares. Gracias a su fortaleza, a la fidelidad con su manera de entender el fútbol, ha ido siempre hacia adelante desde el primer momento, a pesar de algunas voces discordantes, pero advirtiéndonos, claramente, que con su manera de jugar se perderían muchos partidos y se ganarían otros tantos. Por méritos propios, y una pizca de suerte, el equipo ha entrado en una racha imparable de victorias, las cuales nos permiten felicitarnos y recrearnos con él. Alfredo Di Stéfano decía que ningún jugador es tan bueno como todos juntos, y siento que este es el sello que Quique Setién ha pegado, con saliva propia, en cada jugador de la UD, aplicando esa filosofía.

¿Qué esperamos ver en los próximos partidos? Seguramente lo mismo que hemos apreciado en estas últimas jornadas: sacrificio, solidaridad, unión, respeto, autoestima y competitividad. Estos muchachos no nos van a defraudar. Se nota que ellos disfrutan cuando juegan, algo que hacen casi de memoria. Estamos gozando con el equipo como no recordábamos.

A modo de anécdota les cuento que mi sobrino Óscar, nacido en la isla, pero residente en una localidad de Madrid, me confesó ayer el rito que ha llevado a cabo en estas semanas: antes de que empezara cada partido se encerraba en su dormitorio para pedirle al “Dios de Las Palmas” que ganara su equipo. Doy fe de que sus padres creen más en lo terrenal y en lo científico que en lo sobrenatural, por lo que deduzco que lo del niño, con diez años, tiene su mérito. Por cierto, en cada plegaria a ese 'nuevo dios', el partido se ganaba. ¡Ave María! Mis hijos, que por sus edades han coincidido más con la Segunda que con la Primera, empiezan a creerse eso de que el fútbol de la UD Las Palmas llamaba mucho la atención en otros tiempos, y ahora comprenden que algo tiene que ver con nuestra idiosincrasia, con nuestro ADN.

Señoras, señores, lo dicho, a disfrutar de lo que nos queda, incluso de los partidos que se puedan perder.


¡Arriba d'ellos!

2 comentarios:

  1. Anónimo15:57

    me alegra que una señora sepa tanto de futbool y quiera tanto nuestros colores . nuestras raices nos han devuelto al lugar donde nunca debimos salir arriba d!llos


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  2. Más que de fútbol, de arraigo y respeto por lo nuestro, Anónimo.
    Gracias por tu comentario.

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