Siempre
que disfruto de un partido de fútbol, como el que se jugó esta tarde en
el Estadio Gran Canaria, especialmente en su primera parte, me
planteo cómo puede haber tantas mujeres a las que todavía no les
guste este deporte. Es cierto que sería muy aburrido si a todas nos
gustasen las mismas cosas, como la misma ropa, los mismos libros, e
incluso, a la hora de elegir pareja, el mismo tipo de persona. La
vida seguramente sería un caos. Pero lo que no comprendo es por qué, al menos alguna vez, no se dan la oportunidad e intentan
acercarse a su filosofía (que nada tiene que ver con lo mercantil) para disfrutar de un espectáculo sin parangón. Si a esto le añadimos, el
amor por unos colores, por un escudo, por una hermosa historia desde
su creación, o la admiración hacia unos jugadores que desde
hace muchísimos años han dado y siguen dándolo todo, en nuestro
caso la Unión Deportiva Las Palmas, hasta el último suspiro, es el 'no va más'.
Pertenezco a una generación en la cual no era muy habitual que a las
mujeres nos apasionase el fútbol. Una generación en la que el tenis, la natación o el golf eran los deportes apropiados para las
féminas. Siempre había quien, cuando yo confesaba que era
futbolera, fácilmente caía en el típico tópico :“Eres un bicho
raro”. Afortunadamente hoy somos muchos los bichos raros que día a día
seguimos las venturas e infortunios de nuestro equipo. Aunque la
mayoría no le hayamos dado una patada a un balón, ni sepamos
driblar, hacer un sombrero o una rabona, no es menoscabo para sentir
dentro de las mismísimas tripas el calor de una inmensa emoción, e
incluso la decepción que puede acompañar a un partido de fútbol.
Hoy
quería hacer esta referencia a modo de galantería, o de humilde
homenaje, a todas las mujeres sin edades que semana tras semana
acuden a los estadios. A esas madres de futbolistas que llevan a sus
hijos a entrenar, a las que estando en sus puestos de trabajo
escuchan con sus auriculares, y cierto disimulo, la retransmisión de un partido, a las que
acompañan a sus maridos y les controlan sus aspavientos; a las que les gritan a los árbitros o a los jugadores, a las que vuelven la cabeza
ante una jugada de peligro, a las que lloran de emoción, a las que
discuten las jugadas, o a las que opinan (como yo) que algunos goles son como
orgasmos. También a esas mujeres, pertenecientes a peñas, que trasladan con
esfuerzo las banderas y los bombos; pero sobre todo a las que, desde
los hospitales, mamás recientes, operadas o convalecientes por cualquier motivo, piden que les pongan monedas en el televisor para ver un partido.
¡¡Feliz
semana, amigas, mujeres!!
Muy buen blog, y tienes razón da igual el sexo, ni el momento ni siquiera el lugar para tener esa emoción que nos hacer vivir la UD Las Palmas. Yo misma los apoyo desde Berlin y a pesar de los -4º del sábado pasado uno siente un calorcito muy agradable cuando Las Palmas mete gol o gana el partido =)
ResponderEliminarArriba esa UD!
Gracias, Anónimo, por tu comentario. Seguro que tu apoyo caluroso, a pesar de esos -4 grados, le llega cada semana a nuestra querida UD LAS PALMAS. A mí me ha llegado.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Es que el deporte es el octavo arte, Malena. Y especialmente el fútbol. Salen artistas a escena, hay una masa de espectadores que lo contemplan, hay reacciones emocionales ante una expresión estética (en este caso en movimiento), tiene momentos culminantes como escenas de películas u obras de teatro que perduran en el tiempo ("siempre nos quedará París", "ser o no ser, that is the question", "el gol que le hizo Rubén Castro a Casillas desde medio campo en el Insular", "el gol de Vitolo al Murcia con uno menos en el 93"...). Y las mujeres siempre han tenido inclinación a saborear el arte. Tanto es así, que un hombre con sensibilidad artística parecía menos hombre en épocas recientes, o con alto componente femenino. Por eso es normal que en esa versión mejorada del hombre que es la mujer, un gol parezca un orgasmo. Felicidades por el artículo
ResponderEliminar¿Por qué no permitirte esta licencia y atreverte a proclamar que el deporte es el octavo arte? Si el arte es belleza, y la belleza es algo con lo que uno se recrea contemplándola... bien que disfrutamos, en nuestro caso, con este espectáculo llamado fútbol.
ResponderEliminarGracias, de nuevo.
En la retina y en el alma, para siempre, imágenes y dialogos de Casablanca, la magia de Shakespeare, el gol de Rubén que puso al Insular en pie, y el de Vitolo in extremis.
Un abrazo, Anónim@