Hemos ganado al CD Guadalajara por 3-2. Sin duda, esta es la mejor noticia con diferencia recibida por todos los aficionados de la UD Las Palmas, especialmente por las nueve mil almas que en esta tarde sufrimos un frío intenso en las gradas. En la jornada anterior, viendo el partido entre Barcelona y Villarreal, no podía creer lo que ocurría con el Barça; fue el equipo que tuvo las ocasiones para ganarlo y, sin embargo, terminó con un triste empate (0-0). Hoy me ocurrió algo parecido; todavía no sé cómo, al menos, una de las que tuvo Javi Guerrero, no culminó en gol, porque tuvo varias; pero de sobra sabemos que en el fútbol, el azar, que tampoco se queda sin jugar, tiene en noventa minutos muchas cosas que decir.
Empezamos el partido muy bien, marcando a los cinco minutos tras una jugada bien elaborada que finalizó Vitolo. En medio de esta alegría, recibí el mensaje de un seguidor absolutamente fiel a la UD que vive en Madrid, mi primo Oscar, y decía:
¡¡ Gooooooool!!
Seguidamente, pensando en que las tenía todas conmigo, le escribí uno diciendo: ¡Otro! La intención era enviárselo rápidamente cuando lográramos el segundo para que se enterase a tiempo real, ya que por internet se escucha con retraso. Estuve con ese mensaje escrito, sin darle salida, hasta que el Guadalajara empató (mim. 44); luego llegó el descanso y lo borré. De cara a la segunda parte cabía esperar cualquier cosa, era como empezar un nuevo partido, pero la ocasión fue de ellos, y encajamos muy pronto el segundo (1-2). Mi mensaje de móvil tenía algo de cierto, “otro”, pero no era de la UD. De nuevo el equipo contrario se crecía, reiteradamente perdíamos balones en la zona del centro, abusábamos del contraataque teniendo jugadores como los que tenemos para hacer mejor fútbol (no lo entiendo) y, salvo algunas rachas, ellos eran los que manejaban el partido, aprovechándose de nuestra apatía. Noventa minutos que están ahí para analizarlos muy bien.
Pero, de repente, surgió la magia. Una “Vuelta y Vira” como la que le damos a un filete de solomillo; aparecieron los jugadores, cada uno con lo suyo, para poner sobre el escenario un final sorprendente, épico, de esos que hacen afición. David González, de penalti, marcó el gol del empate (min. 89), y ya, en el descuento, Jonathan Viera sacó muy bien una falta que se fue al poste, y tras tropezar en la espalda del portero llegó el tercer gol. Entonces, dejé de sentir el aire frío, mi alma se había colocado en su sitio, y los colores de mi equipo volvían a brillar. En ese momento reconocí a mi Unión Deportiva Las Palmas, a la que todos queremos ver, a la de sus mejores tiempos y a la que ha escrito páginas de peso en su historia. Ahora no quiero que se diluya en majaderías.
Una "Vuelta y Vira" cuando ya ninguno lo esperábamos. Quizás el titular de tu entrada también podría llamarse "Vuelta y VIERA" ;-). Yo creo que de esas 9000 almas que sufrimos el viento frío en la cara durante todo el encuentro, unos cientos no vieron los últimos dos goles de la victoria amarilla. Partido extrañísimo de nuestra querida Unión Deportiva. Un abrazo Malena.
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ResponderEliminarEfectivamente Bryan, tuve esa idea de inicio, y fue el primer título que le di a esta entrada, pero luego consideré que, a pesar del gol de la victoria de J. Viera, el resto de los jugadores habían sido también los artífices de ella, y me pareció injusto resaltar sólo a uno. Muchos, a mi lado, se fueron marchando y no pudieron en directo contagiarse de esa magia. Esta afición se merece muchas tardes como la de ayer. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy deacuerdo con lo que comentas. La victoria fue de todo el equipo. Jonathan hizo uno de los peores encuentros que le he visto en el Gran Canaria, practicamente no intervino en ninguna jugada y si no hubiera anotado el gol de falta su valoración en este partido hubiera sido muy baja. Sin embargo tuvo la inspiración de los grandes genios para darle los tres puntos a la Unión Deportiva. A mí lado también se fueron muchos antes del empate, e incluso con el gol del empate dándolo por bueno. Me sorprendió esa situación e imagino que los que se fueron se estarán tirando de los pelos por no haber vivido ese apoteósico final. Un saludo
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