Un blog de Malena Millares

sábado, 1 de octubre de 2011

FOTOGRAMAS DE UNA TARDE

En el transcurso de un partido, o cuando éste finaliza, recurrimos frecuentemente a expresiones como “qué mala suerte tuvimos, merecimos ganar o el árbitro nos robó el partido”;  todas ellas, y algunas más, se oyen, y casi siempre se ajustan a la realidad de una jornada de fútbol, pero pocas veces analizamos fríamente que ocurrió en noventa minutos de juego. Este sábado, primero de octubre, la UD Las Palmas empató ante el Real Murcia (1-1) y, al contrario que en otras ocasiones, no debemos olvidar este partido, y no por su juego brioso sino porque tiene mucha historia que enmendar. Si los amarillos jugaron una primera parte que tímidamente hacía presagiar la victoria, la segunda fue el reverso de la moneda, ante un equipo que, a mi juicio, no puso argumentos sobre el campo ni siquiera para empatar.

Refiriéndome a los cuarenta y cinco minutos primeros, porque del resto poco se puede opinar, tengo retenidos fotogramas de jugadas muy claras de gol, que los jugadores implicados no se atrevieron a concluir. Vitolo y Viera, de nuevo mostraron sus habilidades y la compenetración que existe entre ambos, pero tuve la sensación de que el primero, en la última media hora, ya no podía con sus piernas, y el equipo acusó, en gran parte, esa falta de frescura; la Unión Deportiva buscó con inquietud la portería contraria, sin apostar por lo que sabe hacer muy bien, jugar más en corto, que calidad atesora para ello. A la defensa la vi renqueante, despejando muchos balones sin criterio, incluso cuando el contrario no ejercía presión sobre nuestros zagueros. Eché de menos el coraje de unos jugadores que con estos rivales, sin menosprecio alguno, tienen que saltar al campo con el cuchillo en la boca y si fuera preciso con las pinturas de guerra; pero no, la segunda parte fue de pena, lejana a la primera, aunque ésta tampoco fue para tirar voladores. Estoy segura de que será muy analizado este partido por el entrenador, pues no se digieren los cuarenta y cinco minutos finales sin ocasiones de gol, así como el por qué de las muchas y consecutivas expulsiones.

Juan Manuel Rodríguez, en la rueda de prensa pasó por alto la actuación arbitral y se centró en lo que, bajo su prisma, fue el partido; pero yo sí digo que si las cámaras de televisión no nos cuentan mentiras, hubo al menos un penalti claro a Quiroga. Al final de las temporadas, de ésta o cualquier otra, rara vez nos acordaremos de los tiros a los palos, de las penas máximas no señaladas o del merecimiento de ganar o no, sólo hablaremos de los puntos que acumulamos, y de la posición en la tabla clasificatoria. No queda más remedio que seguir alentando al equipo, es la misma UD Las Palmas de antaño, la de nuestros padres y nuestros abuelos, con sus altibajos reconocidos, pero será siempre la misma que nos cautivó para los restos.


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