Si los partidos durasen cuarenta y cinco minutos, podría sin duda decir que hoy la UD Las Palmas hizo un buen partido contra el Nástic de Tarragona, no sólo logró que en su puerta no entrase el balón, sino que se evidenció la mejoría de la defensa, en la que Samuel estuvo muy avispado, y además el equipo combinó, dominó y estuvo en el terreno del rival, pudiendo incluso haber marcado más de un gol, siendo uno de ellos, sin duda, de Quiroga, que ya es, para mí, uno de los incuestionables delanteros para futuros encuentros.
Pero como todos los partidos duran noventa minutos, hay que significar que la primera parte fue muy mala, y creo que de las peores que le hemos visto a Las Palmas, ya que estuvimos a merced de un equipo que elaboraba jugadas y llegaba al área, pero, afortunadamente, se diluía al final como un azucarillo; por algo es el equipo menos goleador. Esta circunstancia hizo que escapáramos de una victoria prácticamente segura de los catalanes, que fueron, a pesar de su ineficacia para rematar las jugadas, los dueños del primer tramo de este encuentro.
En el descanso, no pude levantarme del sillón, pues tal y como se desarrolló la primera parte, sentí sobre mí una losa pesada que me mantuvo inmóvil, y no hacía más que darle vueltas y vueltas al por qué de tantos saques largos de Barbosa, la ineptitud para elaborar el juego en la zona media del campo, aunque luego comprendí que es imposible hacerlo si el balón apenas pasa por allí, la incapacidad para adueñarse de la pelota, el barullo de la zaga para sacarla de nuestra zona de peligro... y todo esto ante un conjunto que, de seguir así, va a tener que luchar mucho para conservar esta categoría. Tenía muy claro que si Paco Jémez no le daba un viraje forzoso a la nave, zozobrábamos . Rectificó a tiempo y en el descanso aleccionó a los jugadores para cambiar el destino que se nos venía encima, aunque insisto en que el Nástic, no demostró maneras, pero ya se sabe que “tantas veces va el cántaro a la fuente...”, pero por fortuna no fue así y también los tres cambios pertinentes le dieron otro semblante a los amarillos.
No se debe tirar por la borda ningún minuto más, cuando hilvanamos jugadas y estas pasan por la zona de creación, tenemos peligro y el equipo contrario se resiente y de haberse jugado desde el inicio con más oficio, no hubiésemos sufrido tanto, y el Nástic nos habría tenido el mismo respeto que nos tuvo en la segunda parte. Hace poco dijo el entrenador que no se puede jugar de la misma manera que hace seis semanas, si no tenemos a los mismos jugadores. Hoy en el tramo final del partido, no eran los mismos futbolistas de hace seis jornadas, no vimos el juego preciosista de esos días, ni el fútbol raso que con un solo toque nos hizo levantar de los asientos, fueron otros jugadores los que supieron hacer lo que debían hacer, un fútbol práctico, que es lo que ahora necesitamos para sumar puntos. Esta noche dormimos con uno más.
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