Una vez concluido cualquier partido de la UD Las Palmas, es habitual en mí, y creo que en la mayoría de seguidores, escuchar a las diferentes emisoras de radio, con la finalidad de conocer los argumentos de ambos entrenadores, y también las preguntas que los periodistas suelen hacerles a los jugadores en la conclusión del mismo, ya que siempre interesan las apreciaciones que estos tienen acerca del encuentro. Me gusta escuchar y valorar, oír y analizar.
Repetiré hasta la saciedad que el fútbol es una disciplina apasionante. En una anterior entrada, tuve la ocasión, o al menos lo intenté, de expresar lo que siento por este deporte tan completo. Y una vez más, pero con otro matiz, me reafirmo en lo que creo acerca de él. Es frecuente, y diría que hasta necesario, que todos opinemos y compartamos como vimos el partido, haya sido una fiesta o un funeral. Siempre será enriquecedor poder empaparnos de lo que este u otro piense, o de lo que aquí o allá se escriba, sobre todo cuando se analiza el juego en sí, los fallos cometidos, el acuerdo o desacuerdo con los cambios efectuados por el entrenador, la actitud de uno o varios futbolistas durante o después de un partido, como se ha planteado el encuentro, etc., el caso es que todos nos sentimos capaces de emitir una opinión; no olvidemos lo que siempre se ha dicho, que cada seguidor es un entrenador en potencia, que somos profetas de esa llamada “religión sin Dios” y eso, si se hace con respeto, y apreciando todas las valoraciones, por descabelladas que nos parezcan, seguirá contribuyendo a que un evento de noventa minutos, sea durante la siguiente semana, un motivo de tertulias entre apasionados de este deporte y por ende de la Unión Deportiva Las Palmas, siendo también una razón de acercamiento entre personas que de no ser por esta pasión, sabe Dios si nos hubiésemos conocido. Siempre es agradable saber que, marcando un número de teléfono, tienes a alguien dispuesto a charlar acerca de cualquier lance acontecido en un partido, compartiendo al mismo tiempo alegrías y desencantos.
Afortunadamente sigo conservando a verdaderos amigos a mi lado, a los de mi niñez, pero desde que descubrí que el fútbol era una parte importante de mi vida, tengo la satisfacción de seguir ampliando mi círculo de amistades, y los que en principio eran simples conocidos futboleros, se han convertido con el paso de los años también en mis amigos, de cualquier edad, raza o religión, con los cuales comparto, además del fútbol, otras aficiones.
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