Un blog de Malena Millares

sábado, 22 de enero de 2011

FE, ESPERANZA Y "CALIDAD"

Llega el momento del ansiado partido, el de máxima rivalidad entre dos entidades como el CD Tenerife y la UD Las Palmas, que por pertenecer ambos a la misma comunidad, lo convierte en el mejor de los espectáculos. Ya casi todo está en marcha, y los motores calentando el acontecimiento. El Tenerife llega a este encuentro sin conocer otros puestos en la clasificación que no sean los de descenso. Su trayectoria hasta hoy ha sido insólita, ya que nadie la esperaba de un equipo recién descendido de Primera División, y menos con el plantel que posee. La UD Las Palmas ha sido lo contrario, pues a pesar de que no se apostaba mucho por ella, comenzó la temporada en los puestos más altos y se mantuvo algunas jornadas bien posicionada, llegando a ser uno de los mejores conjuntos de la competición, para sorpresa de muchos ante un equipo plagado de gente joven y de la tierra. Las lesiones de nuestros jugadores y un largo etcétera de infortunios, harto conocidos por todos los aficionados, han hecho que Las Palmas fuese perdiendo fuelle en el camino de este curso, llegando al “gran día” a sólo un punto del descenso. Es decir, que justo finalizando la primera vuelta, se van a encontrar los dos equipos y eternos rivales, que comenzaron la temporada diametralmente opuestos, en posiciones cercanas por sus resultados.

Sabemos todos que mañana puede suceder cualquier cosa, ya que en estos partidos, de tanta rivalidad, hay un factor añadido y es la extrema motivación de los jugadores. Da igual quién llegue a jugarlo, y de qué forma se llegue a él pues, saltando al campo, los futbolistas de ambos bandos ya salen poseídos por el orgullo de sus colores y por el ambiente del graderío. Todo está servido para las 11 de la mañana del día 23 de enero. El plato, sobre la mesa del Heliodoro, tiene de antemano un sabor fuerte, con dos “onces” ávidos de victoria, y con la apreciación de la mayoría de los aficionados y medios de comunicación, de que el que gane, si es que alguno lo gana, va a salir reforzado. Hacer pronósticos para este partido, es algo difícil. En los medios intuyo un optimismo generalizado; la mayoría de los entrevistados piensan que de haber una victoria, va a ser nuestra. Yo estoy intentando contagiarme de toda esta corriente, y tengo la seguridad de que, a pesar de los últimos resultados obtenidos, tenemos jugadores capaces de hacer grandes cosas, ya que atesoran buen fútbol, aunque estos partidos estarán siempre, al igual que los de Copa del Rey, sujetos a sorpresas, en los que nunca existe el “enemigo pequeño”, y en este caso el Tenerife no es precisamente mediocre,  y sus fichajes están obligados a darle otra cara a este conjunto.

Tengo el convencimiento de que no debe ser este encuentro, independientemente de su resultado, el que cicatrice heridas, ya que en el caso de ganarlo o empatarlo, quedará un mundo por delante, y con mucho trabajo por parte del entrenador y jugadores, y en el de perderlo, si no se tira por la borda, como se hizo contra el Córdoba, no ha de ser motivo de frustración, pues será el mismo mundo y el mismo trabajo el que ha de esperarnos.

Abogo por el trabajo de Paco Jémez, confiando plenamente en los jugadores de la Unión Deportiva Las Palmas que el míster elija, que serán los que han de participar en este espectáculo que es, sin duda, uno de los grandes de la sociedad canaria. Espero con impaciencia a que llegue mañana, para tener, a partir del próximo mediodía, el convencimiento de que mi equipo va a encarar la segunda vuelta con la mejor de las expectativas, y sentir de nuevo todo lo bueno que vivimos en las primeras semanas, pues el fútbol de marca y los buenos jugadores ya lo posee nuestro equipo amarillo.

¡ARRIBA D'ELLOS!



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