OTRAS DOS PALABRAS, SR. PRESIDENTE

Entre las pertenencias de mi padre encontré un cuaderno que lleva por título “Muy señores míos..." Crónicas de la Liguilla de Ascenso, escrito por Servando Morales en el año 1951. Fue una recopilación de los trabajos de este colaborador, publicados en el periódico “Falange”, que hicieron vibrar a todos los aficionados en aquellos días febriles en los que la UD Las Palmas se jugaba el ascenso a Primera División. Recoge quince crónicas amenas y sorprendentes. Les animo a que lean esta penúltima del cuaderno; es una pequeña muestra de cómo se vivieron esos momentos.

“Mis crónicas, aquí estrechadas como una especie de pequeño, reducido y acaso particular archivo, son crónicas completamente deportivas a todo lo largo y a todo lo ancho”. (S. Morales)

OTRAS DOS PALABRAS, SR. PRESIDENTE

Muchos nervios para mañana, ¿señor Presidente?

–Por mi parte los tengo perdidos.

–¿Cómo ve el partido?

–De mucho nerviosismo.

–¿Qué referencias tiene usted del Málaga?

–Que es un excelente conjunto.

–¿Y nuestro equipo?

–Con los máximos entusiasmos.

–Con cuántos goles se conforma usted, señor Presidente?

–Hombre, a la hora de la verdad, con uno de ventaja.

–Me parecen pocos. ¿Y si fueran más?

–Pues miel sobre hojuelas.

–¿Cuántos goles cree usted que puede meter el público?

–Puede decidir el partido, con entusiasmo.

–¿Le gustaría ver un público confiado, o apasionadamente entusiasta?

–Apasionadamente entusiasta. Las confianzas son peligrosas.

–Que grite con ánimos y deportividad y que aplauda sin cesar, quiere usted decir. Pues, me parece muy bien. ¿En qué categoría de acontecimiento considera usted el partido de mañana?

–De la máxima categoría local y nacional.

¿Conoce usted al árbitro Sr. Asensi?

–Personalmente, no.

–¿Tiene referencias de él?

–Con decir que es árbitro internacional, está dicho todo.

–Ahora, señor Presidente, póngase la mano en el corazón y conteste sin miedo: ¿está seguro de nuestra victoria?

–Tengo la convicción absoluta de que así será. Para ello contamos con jugadores magníficos y una afición entusiasta de verdad.

–¡Hurra! y gracias. Con esta fe y optimismo es indudable cualquier triunfo.