Un blog de Malena Millares

lunes, 17 de junio de 2013

DE PASADO Y FUTURO


No es fácil decirle adiós a un sueño que estuvo a punto de alcanzarse, a un instante de júbilo que casi se toca con las manos y que nos habría permitido jugar otra final, la cual vimos volar a falta de un solo gol. Esta última palabra es siempre la que inunda de magia el mundo del fútbol. Al gritarla se liberan tensiones y se generan ilusiones, y por ella un fin de semana tras otro los amantes de este deporte nos sentamos en una grada de cualquier estadio o ante un televisor. Pero ese gol necesario para nuestros intereses, ese único gol que nos daba el pase a la siguiente y última eliminatoria, no llegó, y el sueño se esfumó, a pesar del buen y serio partido que jugó la UD Las Palmas en Almería; prueba evidente fue que el contrario terminó pidiendo la hora ante otro equipo que acabó con nueve jugadores en el campo, tras las expulsiones de Chrisantus y Javi Castellano.
A pesar de las pocas horas transcurridas, esto ya pertenece al pasado y lo mejor será levantar rápidamente el ánimo, poniendo las miras en la próxima temporada que está a la vuelta de la esquina.

La que recién hemos dejado atrás ha sido una temporada un tanto peculiar. Comenzó con el objetivo de los últimos años, que no era otro que conseguir la permanencia en la 2ª A, y, sin embargo, terminó la campaña con el equipo jugando la liguilla de ascenso a 1ª División.
En medio de ella hubo 18 victorias, 12 empates y 11 derrotas, con un periodo de 7 semanas ( 01-9-2012 a 5-10-2012) en el que la UD consiguió solamente 2 puntos, por lo que no tardó en aparecer, en algunos medios, el eterno debate sobre el cese del entrenador, en este caso sobre Sergio Lobera, considerado por unos como algo bisoño y por otros como un gran descubrimiento. Después se dio la circunstancia de sumar 30 puntos en los siguientes 13 partidos, por lo que empezamos a creer en que 'sí se podía' y que la posibilidad de ascender no era una idea descabellada. Luego llegó la segunda vuelta con partidos cruciales en casa, tales como el del Guadalajara (0-1) y Hércules (0-0), con el estadio a reventar de aficionados, que quién sabe si, de haberlos ganado, ahora estaríamos pensando en el Camp Nou o en el Santiago Bernabéu, por ejemplo.

Mi percepción es que ha sido una temporada inconstante, que adoleció de la regularidad que requieren los equipos con proyecto de ascenso, aunque ese no fue el objetivo inicial, y quizá por ello no se reforzó con jugadores veteranos y contrastados para su columna vertebral. Pero le llegó la oportunidad por un empeño colectivo y también por el factor suerte, que tantas veces nos acompañó durante las jornadas.
Se contrató a un entrenador joven con poca experiencia, pero con conocimientos sobrados para lo que casi logra, después de tantos años y tantos técnicos que han pasado por este banquillo impidiendo, con mérito, que el equipo cayese en el pozo oscuro de la 2ªB.
Desde la objetividad y la serenidad que da siempre el paso de las horas, la miro ahora como la temporada que fue de aprendizaje, de superación, de sepultura de temores, de recuperación de la confianza perdida tras años de incertidumbre, sobre todo en lo económico, pero, principalmente, ha sido la temporada en la que germinó la ilusión, que no parará de brotar y crecer.
Ha sido también la del despertar de un grupo de aficionados, de esos de toda la vida, que se mantenía al margen, cansados y aburridos de tanto esperar, pero que regresaron para alentar al equipo junto a los incondicionales de siempre hasta el último segundo, sin importarles un resultado adverso, porque también han comprendido que esto del fútbol es un estado de ánimo, y si no decaen ellos, menos lo harán los jugadores. El propio presidente, Miguel Ángel Ramírez, después de lo ocurrido ayer, habló ante los medios de comunicación (como se esperaba) dando un mensaje de optimismo y, bien despierto, adelantó lo que tendrá que ser el nuevo proyecto 2013-2014 de la Unión Deportiva Las Palmas , que no tendrá otro norte que el ascenso.


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