Si
tuviese que ponerle una calificación a este último partido entre la SD Huesca y
la UD Las Palmas (0-0), siendo lo más objetiva posible,
sería exactamente un suficiente, y tomaría esta decisión por el simple
hecho de que hemos sumado un punto. Siempre es importante puntuar en
campo contrario, aunque el juego de los amarillos, esta tarde-noche
en El Alcoraz, haya sido bastante turbio, jugándose lo que se jugaba.
Estaba
claro que había que ganar este encuentro por un motivo de peso:
sumar los tres puntos que nos acercasen al ascenso directo, y,
además, porque nos enfrentábamos a un rival situado, y que continúa
todavía, en puestos de descenso. Lo lógico habría sido provocar la
ansiedad del contrario, mientras transcurrían los minutos, y
mientras no nos marcasen un gol. Había que manejar, mejor que nunca,
los tiempos del partido, pero se hizo todo lo contrario. De antemano
se presuponía alguna complicación desde el inicio, ya que el Huesca
estaba obligado a no especular con el resultado, cosa que sí hizo a
partir de un determinado momento, que fue cuando Las Palmas comenzó
a dominar algo más; sin embargo, no supo aprovechar bien esa
oportunidad, y poco a poco fue siendo presa de su propio nerviosismo,
mostrándose algo atenazada. Los jugadores se precipitaron en muchas
ocasiones; pusieron más corazón que cabeza (cosa 'malita' en fútbol
cuando te juegas tanto); erraron muchos pases y cedieron, por fases, el balón al
Huesca, que, con todos mis respetos, está donde está por méritos
propios. A pesar de que ellos no dieron excesivas muestras de peligro, tanto
los unos como los otros, en los minutos finales, pudieron hacerse
daño, pero nadie se llevó el gato al agua.
La UD Las Palmas, con este punto, continúa en zona de
privilegio, y las opciones siguen intactas.
¡Ánimo!
que nadie dijo que esto iba a ser fácil.
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