Ambiente en el Gran Canaria |
Con Antonio Aguiar y Santiago Gil |
Durante el partido |
En
algún foro he leído que la palabra Guadalajara proviene del vocablo
árabe Wad-Al-Hidjara, que significa “Río que corre entre
piedras”.
Desde
luego, a pesar de la espléndida tarde y de la marea humana (casi 24.000 personas) que hoy tiñó
de amarillo las gradas del Estadio de Gran Canaria, la UD Las Palmas se vio, durante los primeros 45
minutos, arrastrada por el caudal de un río que llegó de
Castilla-La Mancha.
El
equipo manchego, nada más comenzar el partido y hasta que acabó la
primera parte, fue el dueño absoluto del balón. Se hizo con el
control del mismo desde el minuto uno, sin parar de presionar a los
nuestros. Muy bien colocados sobre el césped, y con la evidencia de
que sabían lo que debían hacer, abortaron las ilusiones de tanta
gente reunida en el recinto de Siete Palmas, y de muchísimos más
seguidores que lo vieron por la tele. Prueba de ello fueron: los
muchos saques de esquina y las magníficas paradas de Barbosa (que
atraviesa su mejor momento) durante todo el primer tiempo.
La
UD comenzó la segunda parte con otra cara, con nuevos bríos, y en
los primeros segundos casi marca su gol, pero en un contragolpe del
Guadalajara (min. 46) se llevaron el gato al agua (0-1), resultado
que no varió. Las Palmas lo intentó todo para empatar en los
minutos siguientes. Lobera hizo cambios para controlar el centro del
campo, puso a David González a dirigir la orquesta y trasladó a
Nauzet a la banda; sacó más mordiente delante con Chrisantus y Javi
Guerrero, pero no hubo nada que hacer.
No
me gusta hablar de resultados más o menos justos, porque, después
de ver fútbol durante tantos años, siempre llego a la misma
conclusión: gana el que más confianza tiene en sí mismo y sabe
manejar los tiempos, y a nuestro equipo hoy le faltó paciencia.
Quizá los amarillos no asimilaron bien el ambiente de gala que había
en el estadio, quizá no controlaron la ansiedad por el deseo de
agradar, quizá les pesó la responsabilidad, pero no estoy de
acuerdo con que salieran sobrados y con poca humildad. Yo vi a mi
equipo, el mismo de estos últimos meses, aunque mermado de
facultades.
Quedan
30 puntos en juego, y son muchos puntos. Los demás equipos que están
en la misma pelea ganarán o perderán. Y es que esta misa aún no
está dicha.
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