Un blog de Malena Millares

domingo, 17 de febrero de 2013

ILUSIONES INTACTAS


Que placentera resulta una tarde, como la de hoy domingo, cuando el equipo de la tierra gana por goleada, y además con imperio, y esta vez ante un equipo, como el Girona FC, que antes de empezar el partido nos aventajaba en 5 puntos y que, a pesar de este último resultado de la UD (5-2), sigue aún encaramado en una posición alta de la clasificación, o sea, un rival directo. La semana anterior, tras la derrota con el Alcorcón, hice alusión a que los ánimos de algunos estaban bastante revueltos, refiriéndose, algún sector, a que el equipo amarillo había perdido prácticamente sus opciones de ascenso directo, tirando por la borda sus aspiraciones. Si bien el merecido resultado de esta tarde no garantiza nada, creo que es justo resaltar que tantos meses sin perder en el Gran Canaria (desde la jornada 10ª, en el mes de octubre), así como las 2 victorias y los 2 empates a domicilio durante este periodo, son números que hablan por sí solos, reflejando a las claras que es un equipo competitivo, que sabe sacar la garra y que es capaz de mostrarse como un vendaval ante cualquier rival. No pasa desapercibido el intenso trabajo y el cada vez más reconocido estilo de juego de Sergio Lobera, que hoy, al finalizar el partido, se acercó a la grada curva para poner su dedicatoria firmada en una inmensa pancarta, con su rostro dibujado, en la que se leía la leyenda: “Con Sergio Lobera nos vamos a Primera”.
Cada vez que jugamos en casa me resulta incomprensible que este desapacible estadio nuestro no se llene con la trayectoria que está llevando la Unión Deportiva Las Palmas. Me parece que es el momento de acudir a apoyar, de hacer más ruido del que hacemos las 10.000 personas que normalmente asistimos, y transformar el recinto en una olla a presión con el incansable aliento de casi un pleno de seguidores. Más de una década hacía que no sentíamos los aficionados este vértigo, esta ilusión dormida en la memoria del Estadio Insular, que puede hacerse realidad esta temporada en el nuevo estadio. No crean que estoy volando, o que 'flipo' porque me he tomado alguna cervecita que me ha sentado demasiado bien. No. Quienes me siguen a través del blog y quienes me conocen, saben que siempre tengo los dos pies pegaditos al suelo. La única diferencia en esta tarde es que empiezo a mirar de reojo al cielo.

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