Un blog de Malena Millares

sábado, 24 de noviembre de 2012

NO HAY DUDA



No me cabe la menor duda de que la UD Las Palmas ha ganado esta tarde su partido con absoluta solvencia imponiéndose al Córdoba CF, equipo que en la primera parte mostró mucho empaque, controlando bastante bien los primeros cuarenta y cinco minutos. Pero, a pesar de eso, Las Palmas consiguió estar por delante en el marcador con el gol que llegó en el veintiocho, obra de Vitolo. No sé qué pudo ocurrir en el vestuario durante el cuarto de hora de descanso. No lo sé, pero lo imagino como si estuviese allí. Sergio Lobera no podía estar contento, conocedor de los jugadores de su plantilla, con lo visto anteriormente. Tuvo que hablarles de manera contundente y exigirles actitud, temiendo que, a pesar de ir ganando, sucediese lo del sábado anterior ante el Xerez (1-1). Lo cierto es que el equipo salió como una apisonadora, y, si no supiera que está totalmente prohibido, juraría que los once se 'jincaron' unos cuantos rones antes de salir. ¡Qué barbaridad! El equipo andaluz, a raíz del segundo gol, también de Vitolo, quedó noqueado, prácticamente sin respuesta, enmudeciendo del todo cuando, doce minutos más tarde, de nuevo apareció la magia del siete que hizo el tercer y definitivo gol, resultado que, de momento, nos coloca en una zona de la tabla más que tranquila.
Nada de esto es casualidad. Dieciséis puntos de dieciocho tampoco. En el fútbol el azar tiene mucho que decir; pero, el trabajo, el conocimiento, la entrega y el sacrificio, son disciplinas que sentencian a favor la mayoría de los encuentros.

Hacía tiempo que no se escuchaba en el Gran Canaria el saludo entre D. Pepito y D. José, por lo que Miliki tuvo que disfrutar desde el cielo junto a toda la afición amarilla. Apenas habíamos cantado el Pío, Pío últimamente, pero, la ola... ya casi me había olvidado de la ola, de cómo se hacía, y hoy, en el estadio, disfrutamos con todo. Es obvio que hubo comunión entre jugadores y afición, y, a pesar de no estar del todo finos en la primera parte, no escuché ningún pito, sólo aliento.

Vitolo explotó con un hat-trick, y se fue pletórico del campo.

Que nadie dude de mí”, declaró tras acabar.

Creo que nadie, en su sano juicio, duda de él, y Lobera mucho menos. Ha confiado siempre en el jugador, porque le conoce, porque sabe hasta dónde puede llegar, de lo que es capaz de dar, y esta tarde lo demostró.
Vendrán partidos malos, regulares o muy buenos, pero mientras esta sea la actitud, la concentración, la garra y la entrega de nuestro equipo, el resultado no hará que los aficionados se alejen de estadio, todo lo contrario.


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