Un blog de Malena Millares

sábado, 22 de septiembre de 2012

EMPATE ESPERANZADOR


Hoy era un día importante para la UD Las Palmas porque necesitaba mostrarse a sí misma, y también a los seguidores, que la imagen dada en los tres últimos partidos podía revertirse, y así acercarse de nuevo a la afición que, en este año deportivo y siguiendo el mensaje de la directiva, se ha llenado de ilusión creyendo que por fin ha llegado la temporada en la que jugar la liguilla es un objetivo a lograr.

Cuando a los seis minutos de partido la Unión Deportiva perdía por 0-1, gol de penalti marcado por Marcos Senna, todo hacía presagiar lo peor en el Gran Canaria: otra posible goleada, un descontento mayor de los aficionados, soberana pitada, pañuelos blancos e incluso el grito unánime del cese de Sergio Lobera. Pero afortunadamente no fue así. El equipo, lejos de descomponerse, jugó la mejor media hora que, en mi opinión, he visto después de la visita a Santander. Los jugadores nuestros se medían con el Villarreal, quizás el equipo de esta categoría con el centro del campo de más calidad y con individualidades que nadie cuestiona, y supieron sobreponerse al primer mazazo, pudiendo empatar en la primera parte, ya que Vitolo y Javi Guerrero (jugador que destacó) estrellaron cada uno el balón contra el palo. Pero, no sólo empatamos comenzando la segunda parte con gol de Thievy, sino que remontamos un resultado adverso, ya que, en el minuto setenta, Macky Chrisantus dio un magnífico pase a su compañero que marcó el que fue el segundo gol de Las Palmas. La alegría apenas nos duró diez minutos, puesto que Barbosa cometió un penalti que de nuevo convirtió Senna, y así quedó reflejado el definitivo empate a dos.

Mi filosofía de vida es siempre ver la botella medio llena y no medio vacía, y en el fútbol no iba a ser menos. Y hoy, tanto el equipo como Lobera, me han transmitido buenas sensaciones porque la actitud de todos ha sido inmejorable. La aptitud les sobra. Si en los tres partidos anteriores no se hicieron bien los deberes, creo que en esta tarde han dado un giro notable corrigiendo muchas cosas, aunque no hay que obviar que la defensa debe hilar más fino, y evitar encajar tantos goles. A pesar del empate, el entrenador, que no ha renunciado a jugar al fútbol, algo que muchos agradecemos, debe estar contento con el trabajo de todos y orgulloso de la actitud del equipo frente a un gallito que casi seguro estará el año que viene en la primera división. Yo hoy estoy mucho más feliz que el domingo pasado y espero que menos que el próximo.


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