Un blog de Malena Millares

viernes, 2 de diciembre de 2011

SIEMPRE ESTÁ AHÍ, Y ES SÓLO UNA MASCOTA.


Desde aquella noche, 8 de mayo de 2003, en la que se inauguró el Estadio de Gran Canaria, creo que pocas personas han podido hablar de él como un estadio cálido y cercano; los abonados y simpatizantes de la UD Las Palmas, que año tras año y cada quince días vamos a ver a nuestro equipo, sabemos que el recinto es frío, demasiado frío y desapacible, que en nada se parece a un verdadero campo de fútbol; podrían ponerle un lazo y papel de celofán, y presentármelo mil veces como  regalo que yo, como tantas personas, me quedaría siempre con el Estadio Insular. Pero esto es lo que tenemos y toca lidiar; aunque la instalación sea moderna, espaciosa, y en apariencia un estadio digno de nuestra capital, a mí me seguirá pareciendo todo muy lejano: el césped (no me llega su olor), los jugadores (no distingo los números en las camisetas), los banquillos (¿qué se cuece allí?) y el árbitro y asistentes (no sienten nuestro aliento en el cogote); pero un buen día, para calentar el ambiente, surge una figura en medio de las pistas de atletismo, alguien que, enfundado en un traje amarillo y azul, con cara de pájaro, de repente aparece ante nuestros ojos como la Mascota de nuestro equipo, y de esta mascota, me apetecía, desde hace tiempo, dedicarle estas líneas...

Debajo de ese disfraz, cada quince días, con calor o frío, se mete en él un chico de veinticinco años, cuya identidad no revelaré. Pero sí puedo descubrir, porque me lo ha permitido, algunos aspectos de su vida, y las ilusiones que como cualquier joven tiene puestas en ella. A partir de ahora a esta persona la llamaré Pepe.
De niño soñaba con ser jugador de la UD, pero, como él dice, no debió ser lo suficientemente bueno porque no logró entrar. Sin embargo, años después en el 2010, el mismo club, y tras pasar algunas entrevistas, le dio la oportunidad de estar dentro de él; esta vez para desempeñar una tarea que nunca antes hubiese imaginado ¡ser Mascota de su equipo! Pepe, en la actualidad, está estudiando un ciclo superior de Actividades Físico-Deportivas y Animación, y dedicarse al deporte es una de sus metas. En cuanto a lo de animar, sólo hay que distraerse un rato y mirar hacia abajo para darse cuenta de que este chico siente adoración por los niños. Habla de la UD Las Palmas como el club de sus amores, y desde hace varios años sigue sacando su abono. Me sorprendió en nuestra conversación, lo que me contó acerca de sus amigos, pues ninguno de ellos  entiende que no cobre ni un sólo euro por hacer de Mascota. Él lo tiene muy claro, la satisfacción que esta “profesión” temporal le reporta es infinitamente mayor que una compensación económica, por muy grande que fuese. Recuerda, como si de ayer se tratase, el día en el que se estrenó como animador, el 28 de agosto de 2010, en un partido contra el Nastic; había un calor sofocante, era para él un momento tenso, estaba nervioso porque no sabía cual sería la respuesta del público, y bajo ese traje sudó sin compasión. Esa tarde comenzamos la liga con una victoria, y nuestra mascota hizo su debut siendo muy bien acogida por la afición; hasta hoy, sigue al pie del cañón, mostrándonos sus cualidades que van más allá del espectáculo. Tuvo la ocurrencia de crear una tarjeta roja y otra amarilla de un metro de alto, para amenizar los partidos y mostrárselas a los árbitros. En uno de ellos, el colegiado Pino Zamorano, y como es costumbre en él, tuvo a la afición durante los noventa minutos soliviantada con sus decisiones. Pepe, indignado también, le sacó tarjeta roja; la respuesta de él fue la expulsión inmediata de la mascota, increpándole al delegado de campo y a su asistente lo siguiente: “O se va del campo, o me encargo personalmente de que se marche”. La mascota no era la primera vez que hacía este gesto con las tarjetas, pero los demás árbitros lo admitieron como lo que era, una broma, salvo este señor, que para variar dio la nota. En una ocasión, un joven discapacitado psíquico quiso hacerse fotos con "ella"; Pepe, siempre amable, conversó un rato con este chico, le preguntó si le gustaba como iba la UD, e incluso si le gustaban los jugadores; pero cuando le comentó que se tenía que alejar para hacerse unas fotos con el equipo, este le pidió un abrazo, y la mascota se lo dio con gran emoción. Todavía recuerda la cara de felicidad de ese joven, pletórico por el abrazo de “La Mascota”, a la que sin duda debe considerar como algo muy especial; Pepe dice: “esto que vivo, no hay dinero en el mundo que lo pague, porque además me siento en paz conmigo mismo y me llena como persona”. A nuestra mascota, este año de reinado le ha dado muchas satisfacciones, tiene multitud de anécdotas, pero lo más importante para él es el cariño que recibe, cariño que devuelve con creces.

Créanme lo que les digo: conocer a Pepe personalmente y hablar con él, percibir su mirada limpia, como la de un niño, rozar su disfraz empapado en sudor tras los partidos, observar desde lo alto cómo anima, cómo se mueve sin malograr las ocasiones que cada partido le ofrece para estimular o censurar, saber lo que sé de él, y que bajo ese disfraz se esconde una gran persona, todo ello me ha hecho abrirle hueco en este rinconcito de la web. Nuestra mascota es quién es, un ser anónimo, que sigue dando mucho, esperando solamente divertir a la gente, a cambio de nada; ella/él son como el amor verdadero. Pepe, no cambies nunca tu forma de ser. Mascota, aquí tienes mi abrazo.






4 comentarios:

  1. ¡Un informe fantástico! Vengo de Colonia / Alemania y puedo afirmar con orgullo, un buen amigo de la mascota y el muchacho que hace la mascota, ser. Siento profundamente que la unión UD LAS PALMAS se a su mascota a 100 por ciento confiesa, ni su mascota propia apoya y no remunera. ¡Era impensable en Colonia, fans iríamos en las barricadas! Saludos de Colonia, Daniel Krieger

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  2. Daniel, gracias por tu comentario. Un saludo.

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  3. Anónimo12:36

    Malena ¿cómo estàs? Hace mucho que no te veo por el estadio, te echamos de menos.
    Un abrazo.

    fdo. piopio

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  4. Bien, gracias, Anónimo. Siempre voy al estadio. Como no sé quién eres no puedo echarte de menos... Lo siento. Gracias por tu comentario.
    Un saludo.

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