LOS JUGADORES CON PACO "JÉMEX"

Tengo el convencimiento de que ya acabado  el partido de hoy entre la UD Las Palmas y el Villarreal B un jugador de nuestro equipo, Randy, va a tener pesadillas relacionadas con los últimos minutos de este encuentro. Quisiera tener un don especial, una varita mágica, y poder entrar en la mente de él para interferir cualquier mal sueño que pueda tener esta noche relacionado con ese momento del partido en el que, en un mano a mano con el portero, chutó lejos de la portería, que de ir el balón por dentro nos hubiese reportado tres puntos muy importantes. A pesar de todo, hoy se puede decir de Randy que, llegó, vio y “casi “ venció, y debe estar contento de su rendimiento, y en mi opinión, su entrega no debe ser cuestionada. Así que ¡ánimo Randy!

Hoy, unos diez mil espectadores presenciamos un partido, en términos generales bonito, entre dos equipos que saben tocar la pelota. A la media hora de juego, el Villarreal B hizo una jugada de contraataque espectacular, de esas que se aprenden  en una escuela de fútbol, a la que sólo le faltó la compañía de una banda de música, con la consecución del gol que puso el 0-1 en el videomarcador; a los pocos minutos, y tras una segunda tarjeta amarilla, Lequi, nuestro defensa, fue expulsado del campo. Entonces, la afición, que estuvo “de diez” (y el equipo con diez jugadores, a partir de aquí), comenzó a tener los primeros altibajos, de nuevo regresaron los fantasmas, la inseguridad, y el equipo visitante iba aprovechando su racha de elaboración auspiciada por la ventajas numérica y  del marcador, con un juego  a base de toque y velocidad, que en varias ocasiones (aunque éstas las tuvieron también desde los primeros minutos) me pusieron los ovarios de collar, pero los nuestros, lejos de entrar en un juego depresivo, siguieron adelante, luchando e intentando ir a la contra; tanto anduvo la UD Las Palmas que en el minuto 41  Sergio Suárez, colocado en el sitio preciso del área rival, consiguió el empate. La alegría vino cuando el “petit” y revoltoso Quero dio un pase largo a Javi Guerrero y éste hizo el segundo gol. Con este resultado nos fuimos al descanso, la afición a tomar agüita y los jugadores al vestuario a recibir las instrucciones de Paco Jémez, que no debieron ser más que las que requería el momento ya que, comenzaríamos la segunda parte con una pieza menos, pero con un gol más y se tenía que gestionar muy bien esta ventaja.

Pero la alegría se convirtió en incertidumbre cuando en los minutos iniciales de la segunda parte, este equipo filial del Villarreal que particularmente me ha gustado mucho, empató (2-2), y este resultado fue ya inamovible. Si la semana pasada, denominé a la UD Las Palmas como “un equipo burdo, anodino y desquiciado” hoy ha tenido otra imagen completamente distinta, una mejoría notable, aunque las victorias se “hacen de rogar”. Tras la “revolucionaria” alineación de Jémez contra el Alcorcón, esta tarde alineó a futbolistas como Barbosa, Javi Guerrero, David González y Quero, que tanto echamos de menos el sábado anterior, jugadores éstos que hoy, junto al resto, han dado un paso adelante para recuperar lo que no está olvidado.

Jémez tuvo momentos delicados en la rueda de prensa, se emocionó cuando recordó la piña que los jugadores y él hicieron en el segundo gol, hasta el punto de no poder articular palabra, dijo: “hay razones para seguir confiando en este equipo y en estos jugadores” y “hoy hemos subido un escalón para seguir ascendiendo”; tuvo también un gesto con el público al que le dedicó estas palabras: “ha tenido un comportamiento espectacular y ha demostrado su amor por los colores”. Yo añado, que este escalón subido hoy con esfuerzo, sea el anterior del que suba la próxima semana ante el Granada.

Después de semanas aciagas, especialmente esta última, hoy Paco Jémez ha resurgido de sus propias cenizas como el Ave Fénix, y yo, con todo mi cariño y respeto, hoy le llamo Paco JÉMEX.