Un blog de Malena Millares

jueves, 20 de agosto de 2015

VERANO AJETREADO, CONVULSO

Después de largo tiempo navegando por las aguas de Segunda, la Unión Deportiva Las Palmas atracó, por fin, en puerto de Primera. Se me había olvidado lo que era esta sensación, esta alegría arraigada al corazón que cada mañana me recuerda que, por fin, nos tutearemos con otras naves. Y ahora esta enorme emoción, porque en horas comienza la liga, una nueva travesía por otros mares que habrá que surcarlos con valentía.

El periodo transcurrido desde el día del ascenso hasta hoy ha sido ajetreado y convulso. Los precios de los abonos para la temporada 2015/2016 no han sido bien acogidos por la mayoría de los aficionados. Durante semanas hemos leído y escuchado las protestas de muchísimos de ellos: unos manejando argumentos significativos y razonables, manifestando claramente su inconformidad, y otros, en la misma línea pero zahiriendo al club, a la figura del presidente, y a todo lo que se le ponía por delante, lo que suele suceder cuando no se asimila lo que es educación y respeto. De todo hay en la viña del señor.

El consejo de administración de una sociedad se reúne y debate; propone y sopesa; decide y asume. Algunas de sus decisiones son impopulares, pero supongo que conoce el calibre de esas tomas, y, en consecuencia, acepta el mar de fondo que se le avecina. Es una empresa. Aunque la UD sea un sentimiento de todos no es nuestro patrimonio. Si la queremos, si la seguimos, si la jaleamos, si la lloramos, e incluso si, según su marcha, la censuramos, lo hacemos ejerciendo nuestra libertad. Así funciona un sentimiento. Pero si de “cuartos” hablamos es otra cosa. Tiempo atrás, cuando todo aparentemente pintaba bonito, algunos empresarios de esta tierra metieron sus garras y sus dineros en ella; luego desaparecieron y la dejaron sola, con mucha pena y muchas deudas, y casi desaparece. Hoy la UD tiene un presidente que, con las filias y fobias que pueda provocar, desde que asumió el cargo intenta conducirla lo mejor posible. A veces con más o menos acierto, porque donde hubo en su día estampida aún existe un remanente enorme de soledad.

Comienza la nueva andadura. El destino ha querido que el primer partido sea fuera de casa y con un hueso duro de roer. El Atlético de Madrid ha sido el único equipo que en los últimos tiempos le ha hecho pupa al Barça y al Madrid, ganando títulos, y no va a ser fácil este encuentro. A priori tengo intacta la ilusión y la confianza, luego se verá qué sucede. No me gusta esa renuncia de antemano, la que defiende la teoría de “esa no es nuestra liga”, porque el fútbol, como la vida, trae sorpresas. La lógica dice lo que dice, pero aquí ni lo nombro... La historia me recuerda aquellos partidos con el Depor (muy sólido hace una década) y con el Real Madrid, ambos en el Insular. Muy difíciles de entrada y nada esperanzadores, pero se ganaron los dos. Así que: ¡Arriba d'ellos, Las Palmas!

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