Está
claro que no siempre la clasificación de un equipo, en este caso la
del Albacete, va en consonancia con lo que muestra en el campo de
fútbol, y a veces los peores situados pueden llegar a sacar los
colores a los de arriba.
Afortunadamente
no nos ocurrió esta noche como nos pasaba, sin ir más lejos, la
temporada pasada, en la que perdíamos con los colistas y ganábamos
a los de cabeza. Así es el fútbol, no siempre justo, aunque después
de once jornadas creo que ya es momento de decir que la UD Las Palmas
obedece a un patrón de juego, y lo hace bastante bien salga quien
salga a disputar el partido. Los jugadores han asimilado lo que el
míster exige de ellos, y los resultados van llegando. Ahora mismo
sólo dos equipos han marcado veinte goles: el Mallorca y la UD,
aunque en el caso del primero tiene veintiuno en contra, mientras que
el nuestro nueve, siendo uno de los menos goleados. Me parece un dato
a tener en cuenta cuando estamos, prácticamente, en el ecuador de la
primera vuelta.
Si
en un futuro inmediato echáramos la vista atrás no creo que el de
hoy sea un partido para ser recordado por grandes detalles. Quizás
sí por esas ocasiones en las que el balón se fue hacia todos los
lados menos dentro de la portería, pero así se dio y sanseacabó.
Lo importante es ganar, ganar, y ganar, y de nuevo se ha logrado la
victoria (2-1).
Siempre
que vamos ganando por 2-0 mi deseo es que marque pronto el tercero, y
hoy lo deseé con mayores ganas. Es un resultado engañoso para el
que va por delante. Se puede producir cierta relajación y el
adversario lo aprovecha y se lanza a por todas, puesto que da igual
perder por dos que por tres goles. El Albacete no se arrugó en
ningún momento y dominó en muchos tramos de la segunda parte, sobre
todo después de el tanto de Roque. Una jugada de empeño y luego el
gol de Jorge Díaz me generó inquietud. Pero lo realmente reseñable
es esta nueva victoria y la buena trayectoria del equipo.
Un
campo difícil nos toca, el del Girona, donde auguro un gran partido.
Ocurra lo que ocurra hay mucho camino por delante.
¡Arriba
d'ellos!
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