Esta tarde,
después del encuentro UD Las Palmas-Sabadell, finaliza la segunda
vuelta y en consecuencia la temporada 2011-2012 para los amarillos.
La situación
en la tabla, sin el resultado de hoy, es la siguiente: décimo lugar,
con cincuenta y cinco puntos.
A partir de
ahora, tanto en medios de comunicación como en petit comité, los
periodistas y aficionados emitiremos opiniones de todo tipo y de
cualquier color, analizando la pasada campaña, elucubrando sobre el
presente y futuro de nuestra Unión Deportiva Las Palmas, la de
todos, porque en las tripas la llevamos sin remedio, y a mucha honra.
Atrás
quedaron los últimos años en los que, hasta el final de las
campañas, el sufrimiento fue el denominador común, donde parecía
que todos los seguidores del equipo nos habíamos abonado no a un
club, sino a un seminario de crecimiento interior, de cómo resistir
ante la adversidad, de cómo dominar una situación álgida, hasta el
punto de sentir, muchas veces, los latidos de nuestros corazones en
las mismísimas gargantas, sentados ante el televisor o en las
butacas del Gran Canaria. No ocurrió así esta vez, gracias al
cielo. Nos sobraron jornadas para soñar, puesto que Juan Manuel
Rodríguez y el equipo lograron bastante pronto la permanencia
virtual en la categoría, aunque no supieron aprovechar la situación, ni tampoco el coraje y arrope de toda una afición que no dejó de alentarles
hasta que matemáticamente perdieron sus opciones de jugar la
liguilla. Es de apreciar, en parte, un final como este, sin
sobresaltos y tensiones, aunque haya sido de lo más insulso e
irrelevante. No sé si estábamos preparados para pasar del negro al
blanco sin pestañear, y hemos tenido que transitar por la gama de
los grises. No sé. El caso es que la directiva, desde hace semanas,
está rompiéndose la cabeza pensando en la nueva temporada, buscando
jugadores, nuevos fichajes, con la vista puesta en objetivos mayores
que no sea sólo el de la permanencia, sopesando el posible cambio o
no de entrenador, y descubriendo la manera, en medio de esta
crisis, de captar nuevos abonados, preparando la publicidad, cosa muy
normal a estas alturas, porque sin seguidores nada seríamos. Confío
en un 2012-2013 lleno de ilusión, de apoyos a todos los niveles, y
de miras más altas, porque al final si no se arriesga en el proyecto
ni se gana ni se pierde, y la UD Las Palmas no tiene que pasear más
como alma en pena por la Segunda A; los que tenemos algunos añitos
debemos procurar que nuestros hijos y futuros nietos vean a la UD
medirse con equipos de Primera, porque la propia entidad con su
historia, la provincia, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, su
infraestructura, el número de habitantes, los aficionados y hasta
nuestro estadio (aún con pistas) merecen estar en la liga BBVA.
Me encantan
los refranes, no son más que sentencias de la sabiduría popular,
basados en la experiencia de las personas; por eso quería
despedirme, hasta la vuelta, con uno de ellos: “Yedra que no se
pega al muro, tiene mal futuro”. Yo voy seguir siendo una
hojilla cualquiera de esa enredadera, bien pegada al muro de mi
equipo, y me gustaría que la mayoría hiciera lo mismo, porque
quiero que tenga futuro.
¡Felices
vacaciones y buen descanso!
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