Ayer jugó la UD Las Palmas ante el Recreativo de Huelva con mucha ansiedad, principalmente durante el primer tiempo. El nuevo entrenador, Juan Manuel Rodríguez, intentó darle otro aire al equipo a pesar del poco tiempo que ha tenido desde que se hizo cargo de él. La asistencia al Gran Canaria de aficionados, fue más que considerable, diez mil personas estuvieron para presenciar el encuentro, a pesar de ser miércoles, del frío que hacía y de que se televisaba un partido entre el Valencia y Barcelona.
Las Palmas salió enchufada, dando buenas sensaciones; de hecho, en el minuto cinco, J. Guerrero tuvo una oportunidad muy clara que el portero onubense Fabricio atajó con maestría, incluso a los diez minutos de juego ya se habían sacado tres córners. No sé cuándo comenzó nuestro equipo a sentir ansiedad, pero lo cierto es que el Recreativo se fue haciendo dueño del partido; un equipo disciplinado que combinaba bien y dominó durante toda la primera parte. Su entrenador en rueda de prensa declaró que tuvieron muchas ocasiones de gol, algo que no vi así, pero sí es cierto, que una ocasión que tuvieron de gol la supieron aprovechar. Barbosa no estuvo acertado; se quedó atrapado bajo los palos y sin ayuda de la defensa en esta jugada; entonces el público, el fiel y sufrido público presagiaba lo peor: otra vez más goles. Los nervios afloraron y a los jugadores les llegaron los silbidos. De esta manera nos mantuvimos en el campo quince minutos más hasta llegar al descanso.
Nos sorprendió Juan Manuel con el cambio de Randy por Quiroga al empezar la segunda parte, vio con claridad que el jugador nunca desbordó al lateral del Huelva y se decidió por el argentino, que junto a los cambios efectuados posteriormente de Sergio Suárez y Vicente, por Josico y Pedro Vega, cambiaron totalmente el ritmo del partido. Entonces vivimos otra historia, y si bien no fue Las Palmas brillante en su juego, tuvo mayor efectividad, algo que el entrenador a priori había manifestado (eficacia aunque se jugase mal) y esto se tradujo en el campo en numerosos saques del portero y la defensa que iban directos a Quiroga, algo lógico, pues para eso tiene Las Palmas un delantero nato, alto y que resuelve bien la mayoría de los balones que le llegan. Los jugadores fueron cogiendo confianza y poco a poco entre el juego directo y jugadas bien elaboradas, que las hubo, lograron el tan ansiado gol que dio un giro notable al encuentro consiguiendo empatar en el minuto setenta . A partir de aquí, fuimos dueños del partido, el Recreativo intentaba mantener la calma y su posición en el campo, pero no llegó a puerta con peligro, cosa que sí hizo la UD Las Palmas que tuvo varias ocasiones malogradas de gol.
Lo mejor y lo peor vino en el minuto ochenta y nueve, cuando Javi Guerrero, al igual que en el minuto cinco, situado frente al portero no pudo marcar el gol de la victoria, el que nos hubiese hecho dormir anoche fuera de los puestos de descenso. Así está montado el fútbol y está claro que cuando un equipo se mete en la dinámica de no ganar partidos, como es la nuestra, no queda otro remedio que tener un poco más de paciencia. A pesar del cambio de entrenador, que no ha podido trabajar como Dios manda, seguimos observando vicios en algunos jugadores, vicios que el nuevo míster tendrá que corregir.
Si de aquí en adelante la UD Las Palmas juega como lo hizo ayer en la segunda parte, y los jugadores dejan de sentirse inseguros como en la primera, pienso que el equipo cambiará la racha negativa que tiene y alcanzaremos los puntos necesarios para seguir en esta perra categoría, que no trae más que disgustos. Tenemos que ir con confianza a Sevilla, a jugar contra el Betis, y como bien dijo Pedro Vega “si miura es el Betis, miura también es Las Palmas”. Esta debe ser la mentalidad.
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