Lo comenté
en la entrada anterior y lo reitero: este equipo da un paso más en
cada partido.
Lo de ayer
en Copa ha añadido un elemento más al crecimiento de la UD Las
Palmas de Quique Setién, y no es otro que la capacidad de superación
ante la adversidad. Recuerdo etapas pasadas en las que los jugadores
se descomponían y perdían el norte cuando el contrario marcaba un
gol, sin capacidad de reacción. Ahora no ocurre así.
La
eliminatoria estaba encarrilada antes de comenzar el encuentro. Una
victoria o un empate de los amarillos era suficiente para pasar a
cuartos. Comenzó la cosa bien, incluso la UD aumentó la renta con
el primer gol en el Gran Canaria (1-0), pero la incertidumbre se
paseó por la grada tras los dos goles casi seguidos del Eibar (1-2).
Sin embargo, no pareció suceder lo mismo en el campo. Lejos de
desesperarse y dejarse llevar por el nerviosismo, Las Palmas tocaba y
tocaba, buscaba el hueco, volvía a empezar; así hasta que lograron
el segundo y tercer gol (3-2) que desinflaron la esperanza del equipo
vasco.
Mañana
sabremos qué gallo de pelea nos tocará en el sorteo. El entrenador
comentó que prefiere uno similar a la UD; quiere seguir adelante en
la competición copera. En mi opinión, nos toque el que nos toque,
nos seguirá ofreciendo una imagen parecida. El equipo no nos
decepcionará, posee personalidad y enjundia, sabe lo que hace. Otros
López serán los resultados.
Y ahora a
esperar a un poderoso Atlético de Madrid. Confieso mis simpatías
por esta entidad. Quizá porque mi querido suegro era secretario del
Atlético Club, siendo miembro de la junta gestora que dio paso a lo
que hoy es nuestra Unión Deportiva Las Palmas. Pero, ya saben, sólo
me decanto por el amarillo y azul, o por el azul y amarillo, según
se mire.
¡Arriba
d'ellos!
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