Dos
historias totalmente diferentes hemos visto esta mañana en el
Estadio Gran Canaria. Cada tiempo tuvo una trama diferente. Hubo buen
fútbol desde el inicio hasta el descanso. Tanto el Real Betis como
la UD Las Palmas tienen dos de la mejores plantillas de esta
categoría, y se pudo notar. Ofrecieron una vibrante primera parte que se
saldó con un empate a cero. Luego todo cambió. El Betis se impuso
dentro y fuera del césped. Pepe Mel ganó a
Paco Herrera, sobre todo en el centro del campo, donde se ganan o se
pierden los encuentros, y el que se llevó el gato al agua fue el
rival (0-3).
Con tranquilidad, aunque con cierto disgusto, porque no corre horchata por
las venas, he sido testigo de esta derrota abultada que ha puesto en cabeza a un nuevo
líder. A pesar de ello esto no deberá ser motivo para hundirse,
sino para seguir trabajando, continuar con la pelea, y corregir
muchas cosas. Creo que la UD debe tener un solo objetivo a partir de
ahora: retomar la senda de la primera vuelta, con la misma valentía
y desparpajo, porque no es casualidad que haya presidido la
clasificación hasta ayer. Todo es fruto del mismo trabajo, aunque,
no sé por qué, parece que se ha desviado un poco de la ruta. De
cualquier forma que se mire es un partido que se ha perdido entre
tantos ganados, y no debemos rasgarnos las vestiduras.
Ha
dicho Paco Herrera, en rueda de prensa, que hoy tiene que ser el
primer día para levantarse, y han pasado veintinueve jornadas hasta
decir esto por primera vez; también ha resaltado que la afición ha
sido la primera en hacerlo, aplaudiendo al equipo tras el partido, y que ha estado extraordinaria.
Dije la
semana pasada que no deseaba que nos salieran llagas por el fino
colchón que tenía la UD. Hoy el colchón está fuera de la cama,
pero estoy completamente segura de que el entrenador y los jugadores
lo rescatarán de nuevo hasta hacerlo mullido.
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