De Eduardo Millares Sall, Cho-Juaá |
Los
nueve mil trece espectadores que fuimos al Gran Canaria y los que en
casa se quedaron ante el televisor, sufrimos de decepción por el
paupérrimo partido que la UD Las Palmas disputó esta tarde frente a
la SD Éibar (1-1).
Cada
equipo intentó hacer su propio puzzle; colocar las piezas para que
encajaran sobre el tablero, pero quien casi lo finaliza fue el Éibar,
y no lo logró porque un canterano de la Unión Deportiva, Asdrúbal
(supliendo a otro jugador en el minuto 59), de un soplido tiró unas
cuantas piezas al suelo, consiguiendo el empate in extremis.
Las
percepciones desde la grada seguro que no tienen los mismos matices
que las que existen a ras del césped, y siempre nos será fácil
juzgar desde otro ángulo, y por ello lo hacemos, porque esto es
fútbol y desde el respeto se debe opinar y sancionar lo que no
guste.
Tácticamente
ha sido uno de los peores que he visto en casa, y de nuevo se ha roto
a raíz del primer gol del equipo vasco, y es que, hasta ese
momento, la imagen mostrada no era tan mala. Está claro que el Éibar, después de marcar, puso un mosquitero enorme ante su puerta, y por
allí no había quien entrase, pero tampoco se crearon muchas
ocasiones para romperlo. Las jugadas nuestras eran, la mayor parte de
las veces, muy pausadas, se mandaban correos electrónicos con las
intenciones, y ellos, mientras, se tomaban su tiempo para cerrarse y
defender su renta. Me cuesta entender el por qué, jugadores con mucha experiencia en la categoría, sufren de mal de nervios, o sea, que les
da el telele y pierden toda confianza en sí mismos cuando nos
perforan la portería. ¿De qué adolecen? Hubo fases del partido en
que caminaban, como si la guerra fuera de PlayStation y no la de
ellos. Quizás Sergio Lobera, que es el mismo entrenador que casi nos
lleva a Primera el pasado año, no esté atravesando momentos
óptimos. Me pregunto si contará con todo el apoyo desde dentro,
porque desde mi sitio no le vi con las mismas energías de otras
veces, aunque suele ser ponderado. Ya digo, esto último son
percepciones, y ojalá esté equivocada. Pero, a veces, se lanzan por
las ondas mensajes subliminales, y no creo que eso sea positivo.
Se
ha confiado desde el club en este entrenador, y mientras esté
ahí yo le apoyaré hasta el final, como he hecho con todos, sin
menoscabo de que no siempre estaré de acuerdo con ellos; y, como he
comentado en otras ocasiones, no les den arrebatos imperdonables como
poner, por ejemplo, a un delantero defendiendo la puerta.
Hoy
lo vimos, y de manera nítida: la cantera pide paso, y los
'fichadores' tendrían que plantearse, muy mucho, si lo que buscan
fuera lo tenemos ya en casa.
La
viñeta es obra de mi padre. Veintiún años hace que falleció, y
que la dibujó posiblemente otros tantos, pero sigue vigente. En el
fútbol parece que hay cosas que no van a cambiar jamás.
Estoy de acuerdo, Malena. Poli.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Poli.
ResponderEliminarEsto debe cambiar, sí o sí.
Y confío en que así será, en que todos trabajen más y mejor, por y para el equipo, solamente de esta manera podemos alcanzar algún día el objetivo primordial: Primera División.
Un abrazo.