Así
ocurren las cosas en el fútbol. A veces no gana el equipo que mejor
lo ha hecho, el que ha llevado el peso del partido a cuestas y ha
dominado en todas las parcelas, dando al contrario una gran lección
sobre lo que es fútbol. Quique Setién tiene claro lo que quiere
para su equipo, y lo va consiguiendo. Los jugadores siguen asimilando
su doctrina: colocación adecuada, presión y posesión de la pelota.
La
UD Las Palmas tiene muy buenos futbolistas; el entrenador y ellos
mismos lo saben. Sólo necesitan el suficiente sosiego para
creérselo. Llevan en la sangre un fútbol distinto, de “escuadra y
cartabón”; el juego raso e inteligente que siempre ha
caracterizado al equipo canario, con el que sus jugadores dan la
sensación de estar divirtiéndose al máximo.
Valentía,
confianza y desparpajo, tras el gol encajado en los primeros minutos,
fueron la clave para empatar el partido, para poder ganarlo incluso.
Falta la certeza en los últimos metros, quizá con los posibles
fichajes del mercado de invierno... Aunque ocasiones tuvo el
equipo para llevarse los tres puntos, casi sin despeinarse, ya que
anestesió al Valencia todo el partido. ¡Lástima ese gol
tempranero!
Crece
la UD en todos los sentidos, dando una inmejorable imagen.
Impresionante la forma física de todos los jugadores. Sin duda
alguna llenaremos el Gran Canaria el próximo sábado.
¡Arriba
d'ellos!
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