Un blog de Malena Millares

domingo, 20 de septiembre de 2015

REGUSTO EXTRAÑO

Dicen quienes conocen bien el fútbol, que se necesitan aproximadamente diez partidos para valorar el juego de un equipo y su posible trayectoria durante el resto de la temporada. Este de hoy, el cuarto, se ha saldado con una derrota (0-1) frente al Rayo Vallecano de Paco Jémez, un hombre que conoce muy bien nuestro entorno y nuestro estadio, y, sobre todo, a Jonathan Viera, al que le cerraron casi todos los caminos.

Si este encuentro se hubiese dado en otro momento de la liga, posiblemente saltarían las alarmas y los ánimos decaerían, pero no es así, afortunadamente. Dos tiempos tan diferenciados, el primero bastante bueno, y un segundo para olvidar, obedecen a errores reconocidos por el propio Paco Herrera, confesando en la rueda de prensa no haber visto con claridad lo que tuvo que haber hecho para enmendar el resultado adverso. Mérito tuvo también el Rayo que jugó con frescura y valentía, haciendo pasar casi todo el juego por Trashorras, por el que no pasan los años.

Teníamos el buen sabor de la hazaña, porque, visto lo visto hoy entre Sevilla y Celta, lo que hizo la UD la semana pasada fue una verdadera hazaña, pero ahora nos queda un regusto extraño. Quizá el hecho de perder no haya sido tan desagradable como ver al equipo en la segunda parte tan insignificante, desangelado y cenizo, sin el control de la pelota y prácticamente a merced de un equipo que tampoco deslumbró a la parroquia.

Pero, esto no ha hecho más que empezar, y la sinceridad de Herrera hace pensar y confiar en que el miércoles veremos un partido diferente ante el Sevilla. ¡Arriba d'ellos!

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