Un blog de Malena Millares

lunes, 3 de enero de 2011

NO ES MAL COMIENZO DE AÑO


En esta decimoctava jornada se disputó el partido entre la UD Las Palmas y el Barcelona B, con más de diecinueve mil almas en el estadio. Nada más empezar el encuentro mi equipo salió al campo con mucha fuerza, y con tal talante ofensivo que casi marca en los primeros minutos. Mala suerte para nosotros que Masip, el portero catalán, hiciese tan buenas paradas. Poco a poco, el equipo contrario, plagado de canteranos, como el nuestro, entendió que para hacernos daño tenía que tener el control de la pelota, y así lo hizo llevando mucho peligro a nuestra portería que también tenía un dueño, Barbosa, que hizo muy buen partido. El jugador azulgrana Saúl estuvo activo, pero no logró, afortunadamente, nada para su equipo, al igual que le pasaba cuando lo teníamos en nuestras filas, pues mucho quería hacer pero nada le salía. Estuvimos un gran rato intentando zafarnos del dominio que el Barcelona tenía sobre nosotros y fue entonces en el minuto 26 de partido cuando (aún no se como lo hizo) Jonathan Viera se sacó de la chistera un pase imposible, para él posible, y le pasó el balón a Javi Guerrero que de nuevo hizo otro gol de vaselina. Espectacular la jugada de estos dos señores. Pasaban los minutos y el equipo catalán tuvo ocasiones para empatar pero llegamos al final del primer tiempo sin cambios en el marcador.

En el descanso, era evidente para la mayoría que el resultado no era garantía suficiente para sumar los tres ansiados puntos, y se albergaron en los corrillos muchas dudas, recordando lo que nos ha sucedido en jornadas anteriores, en las que no hemos podido mantener la portería a cero. Y así fue. Jugamos una segunda parte muy disputada, con muchos nervios en las gradas, con un resultado nada seguro, que, con la lesión de nuestro guardameta Barbosa, nos hizo temblar de verdad. Fue sustituido por Pindado, nos metieron un gol y luego otro; y dicho de esta manera, parece que señalo al segundo portero como el gran culpable, pero no es así. Sería un comentario torticero por mi parte dirigir toda la indignación contra él, aunque pudo hacer mucho más en los goles, y queriendo ser justa, el segundo gol viene precedido de un córner sacado por nosotros y que J. Viera, intentando hacer algo que no le salió, perdió el balón y en un contragolpe rápido nos vino este segundo mazazo. En este instante tuve un soberano mosqueo, no podía concebir como ganando un partido, otra vez más nos lo levantaban. Si somos capaces de meter goles, cosas que en otras temporadas no sucedía, y con la calidad que lo hacemos, no hacía sino preguntarme el porqué perdemos tanta renta. Y mientras me retorcía en mi asiento, de nuevo salió la casta y el orgullo del equipo y volvimos a marcar. Además hubo un tiro lejano al larguero de Jonathan en los segundos finales que, de haber sido el 3-2,  no sé qué hubiese pasado en el Gran Canaria. El equipo obtuvo un punto, y yo la confirmación del talento y buen hacer de los nuestros, pero también la certeza de que Paco Jémez deberá seguir matizando y corrigiendo muchos detalles.

Siendo de la UD Las Palmas, pero también una amante del buen fútbol, diría que he disfrutado de un buen partido, dinámico y abierto, con ocasiones para los dos equipos; que hubo una contienda entre hombres de cantera con destellos de mucha calidad y el resultado me ha parecido justo, aunque mi sangre amarilla siempre querrá una victoria. Hay una cosa que no me gustó nada, y fueron las pitadas a Pindado cada vez que tocaba la pelota. Respeto siempre la opinión de todos y espero que hagan lo propio conmigo. Por eso pienso que a un jugador nuestro, mientras estén en litigio los tres puntos, debemos apoyarle siempre, nos guste más o menos su trayectoria, pues lo que hacemos es tirarnos piedras contra nuestro propio tejado, y en el caso de hoy, este portero es muy posible que juegue ante el Numancia y muchos encuentros más, ya que las lesiones nos visitan todas las semanas (Vitolo, Guayre, Josico, Cejudo, David González, Randy, Tyronne y hoy Barbosa y Dani Carril). Respetaría, cómo no, que se pite a quien sea al finalizar los partidos. Sabia es la afición, aunque a veces se ofusca y pierde la templanza.




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