Tras
la semana convulsa por el affaire Nauzet Alemán/Sergio Araujo, ganar este viernes (0-1) ante el Eibar se ha convertido en una inyección
de alegría y confianza tanto para el equipo como para la afición.
Merecida
victoria elaborada con buen fútbol y sacrificio desde el minuto uno
hasta el noventa bajo unas condiciones adversas. Debido a la copiosa
lluvia que estuvo cayendo durante todo el partido, el campo del Ipurúa se fue transformando en una alfombra muy incomoda para el desarrollo
del juego. El gol llegó en ese minuto clave que nadie desea, el
cuarenta y cinco de la primera parte, el minuto denominado sicológico.
Supo
Setién frenar al equipo vasco que sólo en el último cuarto intentó
poner más corazón que juego para llevarse un punto al menos, y no
perder ante su parroquia. Sin embargo, fue la UD Las Palmas la que
sumó los tres puntos, creo que los más importantes y necesarios de
toda la temporada, pues ha sido la primera victoria fuera del Gran
Canaria; también porque se ha roto una mala racha que podría, a partir de hoy, encarrilar
algunas victorias que nos alejen de los puestos de descenso. Que así
sea.
El
próximo martes jugamos en casa, otro partido importantísimo con el
Getafe. Mucho frío habrá a las nueve de la noche cuando el balón
empiece a rodar, pero creo que los aficionados estaremos allí para
dar colorido a las gradas y calor a nuestros jugadores.
¡Arriba
d'ellos!
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