Un blog de Malena Millares

sábado, 29 de junio de 2013

OTRA LIGUILLA DE ASCENSO



Entre las pertenencias de mi padre encontré un cuaderno que lleva por título “Muy señores míos..." Crónicas de la Liguilla de Ascenso, escrito por Servando Morales en el año 1951. Fue una recopilación de los trabajos de este colaborador, publicados en el periódico “Falange”, que hicieron vibrar a todos los aficionados en aquellos días febriles en los que la UD Las Palmas se jugaba el ascenso a Primera División. Recoge15 crónicas amenas y sorprendentes. Les animo a que lean esta primera del cuaderno; es una pequeña muestra de cómo se vivieron esos momentos.
Mis crónicas, aquí estrechadas como una especie de pequeño, reducido y acaso particular archivo, son crónicas completamente deportivas a todo lo largo y a todo lo ancho”. (S.Morales)



EL ESTADIO INSUFICIENTE

Como presumía alguien públicamente el sábado, cerca de estas mismas columnas, el “Estadio Las Palmas” resultó insuficiente el pasado domingo.

Mi preferencia era un asiento de cemento como tres y dos son cinco. No digo que incómodo, ¡incomodísimo!: un niño me pisaba la chaqueta, los espectadores que iban a la arena nos salpicaban con ella de vez en cuando -es natural: la emoción- y el sol castigándonos las espaldas, que era un encanto, amén de otras pequeñas incomodidades que por lo visto no queda más remedio que aguantar por el ridículo precio de 32 pesetillas. Un deleite.

Mientras aguardábamos a que el niño dejara de limpiarse los zapatitos en nuestra chaqueta y a que concluyera el partido preliminar entre el “Aviación” y “Nuevo Club”, nos dedicamos a examinar la construcción del Estadio. Un perito agrónomo -y digo agrónomo, porque era agrónomo- sentenciaba: “Esa pared se está cayendo”. En efecto. Una pared de ladrillos, por la parte de preferencia, “apuntada” -es un decir- con unas cuerdas algo más gruesas que hilo acarreto, está diciendo: ¿Me caigo o no me caigo? Fue bondadosa; no se cayó. Pero se caerá, indudablemente, si no la arreglan.

Y mientras dábamos fin a estos comentarios reconstructivos sonó el primer gol de la tarde a favor de nuestro “Unión Deportiva”, que se lució como algo inconcebible.

A los diez minutos de comenzar el juego sonó el segundo gol. Y ya nos pusimos nerviosos: “Queremos goles”, decíamos. Y vaya si hubo goles. Tantos, que pudieron repartirse a peseta por entrada de socio de preferencia … (seis pesetillas vale eso).

El defensa, señor Juanono, es un gran hombre. Sí, porque unido su buen estilo, voluntariedad y arte como jugador, con su nobleza de amplio deportista, resulta eso: un gran hombre.

Y el señor Tatono con codicia y talento brilló deliciosamente sobre el terreno, montando guardia permanente de jugador de clase con ese rayo de audacia y nobleza que es el señor Yayo.

Estos fueron, a mi humilde parecer, los mejores del encuentro. Y los doce, ¡magníficos! (el portero, señor Montes, tuvo que hacer mutis, lesionado, después de unas intervenciones muy acertadas y después de un buen discurso del señor árbitro).

Los jueces de línea era “nuevos en esta plaza”. Y el señor Pérez Rodríguez, que dirigió el encuentro, fue una especie de García Sanchiz del arbitraje: “hablaba” continuamente, muy bien, e hizo cosas nuevas que no comprendíamos, pero que, poco a poco, iremos comprendiendo con árbitros así …

De los visitantes no queremos hacer comentarios. Sé que había un par de “internacionales” que estuvimos buscando por todo el campo, pero ¡ay! se esfumaron ante el juego arrollador de nuestro “U. D.” El “moreno” se eclipsó. Y al señor Juanono, los murcianos lo trataron a cuerpo de rey; lo dejaban solo, que se entendiera con el esférico, que él sabía lo que tenía que hacer. Y era que el señor Juanono imponía.

El señor Tacoronte, tan alegre como siempre, hacía sus “off-sides” correspondientes que reparaba con una sonrisa o una palmadita en las espaldas a la defensa del Murcia. El señor Tacoronte es un buen elemento, pero todavía está a falta de desbaste después de su larga lesión.

Nos maravilló el tren de empuje, la velocidad, las ansias y el entusiasmo de todo nuestro equipo que regaló seis golazos como seis soles, porque un público entusiasmado y cariñoso se lo pedía desde el Estadio -insuficiente e incómodo-, que grita hasta desgañitarse por llegar a Primera División con todas las de la ley.


No hay comentarios:

Publicar un comentario