RIQUI RACA

Hace unas jornadas titulé una de mis entradas en este blog como “Brinco a brinco (… yo te atrinco)” y es con el resultado de hoy (2-1), entre nuestro equipo y la UD Salamanca, cuando hemos conseguido un salto muy importante que nos ha colocado ya a once puntos  de los puestos de descenso, es decir, que peldaño a peldaño hemos logrado no matemáticamente pero sí de manera virtual la permanencia en esta categoría tan perra.

Hoy quiero compartir algunas de las cosas positivas que observé y viví durante y después del partido, que para mí fue de mucha intensidad donde la victoria en sí ha sido importante por lo expuesto anteriormente; el público que aunque en ocasiones estuvo algo apagado, no dejó de alentar a los jugadores cuando hubo que hacerlo; se protestaron enérgicamente todas las faltas y entradas bruscas a los nuestros, cumpliendo y dando buena cuenta de que el jugador número doce también existe y éramos todos nosotros.

Sentí verdaderos escalofríos cuando Javi Guerrero fue sustituido, después de marcar el segundo y definitivo gol, y el estadio de Gran Canaria al completo lo despidió puesto en pie sin parar de aplaudirle. Hacía tiempo que no sentía esta sensación de comunión entre la grada y un jugador.

La presencia de espectadores aumentó de manera considerable pues fuimos algo más de trece mil almas jaleando al equipo, superando a los diez mil que normalmente asistíamos al estadio.

La peña Ultra Naciente tuvo la magnífica idea de cantar nuestro entrañable RIQUI RACA, que parecía ya olvidado, lo cual me transportó a tiempos del Insular sintiendo una gran alegría por esta importante recuperación del emblemático canto de ánimo.

Me gustó sobremanera la entrega y la disciplina de todos y cada uno de los jugadores que saltaron al campo, y doy las gracias a Juan Manuel por haber recuperado a Pedro Vega y a Sergio Suárez , y cómo no, por estar dando partidos a Jorge, que de seguro logrará  también alcanzar su mejor tono.

Cuando el árbitro dio el pitido final, los amigos y simples vecinos de asientos, estábamos pletóricos, pues a nadie se le escapaba, después de tantos malos momentos vividos, que la victoria de esta tarde es casi una sentencia de permanencia. Juan Manuel Rodríguez dijo en la rueda de prensa que hoy se ocuparían muchos taxis y se llenarían los restaurantes, y yo estoy con él, muchos irán a celebrar este partido que ha sido el que prácticamente ha puesto tierra de por medio. Aunque también estoy con el entrenador cuando dice que “no quiere ver otra  cosa que, el próximo sábado frente al Rayo Vallecano”.

Hago hincapié en que la peña Ultra Naciente  no deje de meter, aunque sea con calzador, el Riqui Raca en el estadio. Fue hermoso oírlo de nuevo.

Termino comentando lo que le pasó a un amigo canarión que vive en Tenerife. Me contó que cuando Las Palmas metió el segundo gol, fueron tales los gritos de alegría, que los dos perros que tenía dormidos a su lado, se despertaron de forma brusca ante la algarabía y  no hacían más que saltar con el dueño celebrando lo que ya era la victoria. Los perritos fueron conscientes de lo que nos estábamos jugando, ellos seguramente habrán pasado también, junto a mi amigo, muy malos tragos.

Ahora seguiremos esperando a ver qué sucede con otros equipos, pero con la tranquilidad de estar a once puntos del descenso, algo que nos permitirá jugar en lo sucesivo con otro semblante.